martes, 13 de septiembre de 2011

graciela.



Tu y yo nos conocimos,



entre las negras sombras de la soledad,



como ángeles perdidos,



nos buscamos,



nos tuvimos...






Nadie fue mas dulce que tu cuerpo,



ninguna risa mas clara,



nadie tan delicado y dulce



como tu cuerpo



con mi cuerpo.






Fue el momento justo,



el tiempo exacto de los besos,



los cálidos abrazos,



las risas y los secretos



que tu y yo nos susurramos.






Te fuiste



muy rápido te fuiste,



a otro mundo,



quizás a otra vida,



quizás, solo te fuiste.






Pero siempre andas en mi corazón,



como un duende divino,



como mi hada de los sueños dulces,



como la mujer



que quizás siempre soné...

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