Soy como una persona ciega, sentada en la inmensidad de un valle pletórico de vida, no lo puedo ver y sin embargo, todos los demás sentidos me dicen que el agua es fría, que las nubes flotan como algodones en el cielo azul, que el verde de la tierra, el rojo de las flores, el amarillo de las hojas de otoño, tienen su propia fragancia.
Pero yo, soy aun mas ciega, porque no puedo percivir tanta grandeza, escondida en la oscuridad de la melancolía, perdida en las sombras del cercano invierno, soy incapaz de apreciar la plenitud de la belleza.
Apenas soy, un pequeño y sombrío murciélago tratando de encontrar una salida en esta triste cueva.
Se quedo tan vacío el alma del ensueño, que ya nada veo, que no siento nada, solo el miedo.
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