viernes, 22 de octubre de 2010


Buscando mi alma,
subiendo, bajando,callando...
para volver a levantarme
gritando.

Comencé este camino
cuando el otro se había terminado,
un camino sin pisadas
sin huellas que me guíen.

Y otra vez,
como si andubiera en un laberinto
volví al mismo punto
desesperadamente perdida
en el abismo mas negro y solitario.

Como si la vida fuera un sudario,
y el mundo,
la negra tumba de todas las dichas.

Supe en ese momento
lo que es el amor mas ciego
y mas perruno.

También el odio mas puro,
el mas sincero.

Así es este calvario,
la entelequia vital del desamparo.

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