
Ya no te busco,
ya ni te quiero
pero el vacío inmenso de mi alma
tiene la sombra de tu aliento.
Has escrito con sangre
tu nombre aquí en mi cuerpo,
así ya no me olvido,
no fiarse del cielo.
Ni creer en tus ángeles
tus dioses, tus infiernos,
así ya no me olvido,
de que ya no te quiero.