sábado, 22 de agosto de 2009

palabras


Algunas veces,
escribir es una condena,
es querer contar,
sin voz,
es decir las cosas
pero no tener lengua.

Es amar las palabras
y querer hacer un mundo aparte,
con letras y frases
que cuenten nuestra história,
que es una história verdadera.

Es un veneno dulce,
una droga preciosa
que te alarga la vida
o quizás no,
quizás te la recorta.

3 comentarios:

Fernando dijo...

Querida Nines: hace tiempo escribí lo siguiente:

"Cuando escribo poesía sin entender lo que estoy escribiendo ni saber lo que quiero escribir, aunque sea de otra galaxia tan lejana y, al mismo tiempo, tan cercana a mí, siempre recuerdo este poema de San Juan de la Cruz:

Este saber no sabiendo
es de tan alto poder
que los sabios arguyendo
jamás le pueden vencer
que no llega su saber
a no entender entendiendo
toda ciencia trascendiendo".
Quizás esta reflexión te ayude en tu recorrido de poetisa. Besos.
:

Begoña S.R. dijo...

Pienso que nunca escribir se convierte en condena, mas bien en liberación
Pero despues de leer el poema de S.J.de la Cruz, aportado por Fernando, poco más queda por decir
Besos

Emilio dijo...

Me uno a esa condena.

Saludos.