
! Que terrible eres, corazón !,
que me obligas a seguir viviendo,
que me muestras otros ojos,
otras bocas,
otras vidas.
Que me pides la esperanza
y no me dejas irme,
que me enseñas caminos por donde llegar
a otros anhelos,
otros sueños...
Que canalla eres corazón,
me obligas a vivir mis sueños,
y sin pena te obcecas
en cumplir tus deseos.