Elegí a la más guapa
y la menos buena...
Navegando por su cuerpo
supe que perdería
hasta la cartera.
que dejaría la cordura
y la vida sería después de ella,
una tortura.
sin embargo
y a pesar de ser un viaje sin retorno,
no quise bajar del barco de sus hombros.
y me hundí con todo el equipaje
por culpa de sus muslos y sus besos,
terminando ahogada sin remedio.
con el consuelo de saber que no podrá olvidarme,
porque nadie la navego
con tanta ansia de olas, como yo.